Y esa mirada,
la que no nos falta,
la imperecedera,
es la que te regala esto.
No hace falta nada,
si una sonrisa
la que te doy,
en una mirada, son
ojos que me recorren
y yo, segundo eterno,
soy solo un instante
soy solo ese momento
en que te redescubro.
Una sonrisa, un recuerdo,
ya no más lágrimas
lo que me ha dejado
esa mirada...
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